El polen de abeja es un producto natural recolectado por las abejas obreras de las flores. Es una sustancia rica en nutrientes y proteínas que se utiliza como complemento alimenticio.

El polen de abeja se recolecta mediante un proceso llamado trampa de polen. Se coloca una pequeña rejilla en la entrada de la colmena, por donde tienen que pasar las abejas obreras para entrar. A medida que pasa por la rejilla, el polen se cae de sus patas y se recoge en una bandeja.

El polen de abeja contiene una amplia variedad de nutrientes, que incluyen proteínas, aminoácidos, vitaminas B, minerales como hierro, calcio y magnesio, antioxidantes y enzimas.

El polen de abeja tiene muchos beneficios para la salud, que incluyen mejorar el sistema inmunológico, reducir el estrés, mejorar la digestión, regular el azúcar en la sangre, aumentar la energía y la resistencia, mejorar la salud de la piel, entre otros.

El polen de abeja se puede consumir de varias maneras, como en forma de granos crudos, mezclado con alimentos como yogur, cereales, batidos y ensaladas, o en forma de cápsulas o tabletas. Es importante seguir las recomendaciones de dosificación del producto.

El polen de abeja es seguro para la mayoría de las personas, sin embargo, algunas personas pueden ser alérgicas al polen de abeja y pueden experimentar reacciones alérgicas graves. Si es alérgico a las picaduras de abejas o tiene antecedentes de reacciones alérgicas a otros productos apícolas, es importante consultar con un profesional de la salud antes de consumir polen de abeja.

El polen de abeja debe almacenarse en un lugar fresco y seco, preferiblemente en un recipiente hermético. También es importante evitar la exposición al calor y la luz solar directa. El polen de abeja puede durar varios meses si se almacena correctamente.